Diagnóstico
¿Cuándo se recomienda realizar pruebas de fertilidad?
En general, se recomienda realizar pruebas de fertilidad cuando una pareja ha intentado concebir durante un año sin éxito mediante relaciones sexuales regulares sin protección. Sin embargo, este tiempo se reduce a seis meses cuando la mujer tiene más de 35 años, debido a la disminución natural de la reserva ovárica con la edad.
Las pruebas de fertilidad también están indicadas para mujeres solteras o parejas del mismo sexo que desean concebir mediante técnicas de reproducción asistida, así como para personas que planean preservar su fertilidad para el futuro.
La infertilidad afecta a un porcentaje significativo de personas en edad reproductiva. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente entre 48 millones de parejas y 186 millones de personas en todo el mundo se ven afectadas por esta condición. Conocer las causas específicas a través de pruebas diagnósticas adecuadas es fundamental para determinar el tratamiento más apropiado.
¿Qué información proporciona un estudio de fertilidad completo?
Un estudio de fertilidad completo proporciona información vital sobre múltiples aspectos relacionados con la capacidad reproductiva. Esto incluye el funcionamiento hormonal y endocrino, el estado anatómico del sistema reproductor, la calidad y cantidad de gametos (óvulos y espermatozoides), posibles causas genéticas de infertilidad, así como factores ambientales o hábitos que pueden afectar la fertilidad.
El objetivo principal es detectar la causa específica de la infertilidad, que puede tener su origen en la mujer, el hombre, o en ambos miembros de la pareja. Estos estudios son imprescindibles para alcanzar el éxito con cualquier tratamiento de reproducción asistida, ya que permiten a los especialistas adoptar medidas terapéuticas personalizadas.
¿Cuál es la importancia de evaluar tanto la fertilidad masculina como femenina?
Es crucial evaluar la fertilidad de ambos miembros de la pareja, ya que la mitad de la información genética que necesitará el embrión procede del espermatozoide. Tradicionalmente, se ponía mayor énfasis en los factores femeninos, pero ahora sabemos que la infertilidad masculina por sí sola representa aproximadamente hasta el 50% de todos los casos de infertilidad. Por lo tanto, un enfoque integral que evalúe a ambos miembros de la pareja aumenta significativamente las posibilidades de identificar correctamente la causa del problema y proporcionar el tratamiento adecuado.
Estudios han demostrado que en aproximadamente el 40% de los casos de infertilidad, hay factores tanto masculinos como femeninos que contribuyen al problema, reforzando la necesidad de un enfoque diagnóstico integral.
Femenino
¿Qué pruebas básicas se realizan para evaluar la fertilidad femenina?
Las pruebas básicas para evaluar la fertilidad femenina comienzan con una historia clínica detallada y un examen físico. Las principales evaluaciones incluyen la ecografía transvaginal, que se realiza para observar el útero y los ovarios con dos objetivos principales: comprobar si existe alguna malformación uterina u otra complicación anatómica, y hacer un recuento de folículos antrales (RFA) en los primeros días del ciclo para valorar la reserva ovárica. También son fundamentales los análisis hormonales que incluyen FSH, LH, estradiol, TSH y prolactina.
La prueba de reserva ovárica se realiza a través de un simple análisis de sangre que determina los niveles de hormona antimülleriana (AMH) y permite estimar la cantidad y calidad de los ovocitos y el nivel de fertilidad de la mujer. Otras pruebas importantes son la histerosalpingografía (HSG), que evalúa la permeabilidad de las trompas de Falopio, y la citología vaginal para descartar infecciones o alteraciones en el cérvix que pudieran afectar la fertilidad.
En casos específicos, pueden ser necesarias pruebas adicionales como la histeroscopia o la laparoscopia para evaluar mejor la cavidad uterina o la presencia de condiciones como la endometriosis.
¿Cómo se evalúa la reserva ovárica y qué significa para la fertilidad?
La hormona antimulleriana (AMH) es un indicador de la reserva ovárica de una mujer, y por tanto, valora su estado de fertilidad en un momento dado. Esta hormona es producida por los folículos ováricos durante toda la vida reproductiva de una mujer, desde la pubertad hasta la menopausia.
Un valor entre 0,7 y 3,5 ng/ml indican una reserva ovárica normal; mientras que valores inferiores a 0,7 ng/ml se consideran indicativos de una baja reserva ovárica. Estos valores proporcionan información crucial sobre las posibilidades de concepción natural o mediante técnicas de reproducción asistida.
Además de la AMH, el recuento de folículos antrales (RFA) mediante ecografía transvaginal es otro método importante para evaluar la reserva ovárica. Si el ginecólogo cuenta entre 5 a 10 folículos antrales en cada ovario, se considera que la reserva ovárica es normal. Por el contrario, valores por debajo de 5 o por encima de 10 folículos antrales (por ovario) se interpretarán como una baja o una alta reserva ovárica, respectivamente.
Es importante recordar que la edad es el factor más determinante en la fertilidad femenina, pues la cantidad y calidad de óvulos disminuyen significativamente a partir de los 35 años. La preservación de la fertilidad mediante la congelación de óvulos puede ser una opción para mujeres que desean posponer la maternidad.
¿Qué condiciones pueden afectar la fertilidad femenina?
Diversas condiciones pueden afectar la fertilidad femenina. Los trastornos ovulatorios representan aproximadamente el 25% de los casos de infertilidad femenina e incluyen síndrome de ovario poliquístico (SOP), insuficiencia ovárica prematura y trastornos hipotalámicos o hipofisarios. Los problemas tubáricos como obstrucciones o daños en las trompas de Falopio pueden impedir que los espermatozoides lleguen al óvulo o que el óvulo fecundado llegue al útero, siendo causados frecuentemente por enfermedad inflamatoria pélvica, endometriosis o cirugías pélvicas previas.
Las anomalías uterinas como fibromas, pólipos, malformaciones congénitas y adherencias intrauterinas también representan obstáculos importantes. La endometriosis, condición en la que el tejido que normalmente recubre el útero crece fuera de él, puede afectar la fertilidad de diversas maneras, incluyendo la formación de cicatrices y adherencias. Finalmente, los factores cervicales como problemas con el moco cervical o anomalías cervicales pueden dificultar el paso de los espermatozoides.
El diagnóstico preciso de estas condiciones es fundamental para determinar el tratamiento más adecuado, que puede incluir desde medicamentos para inducir la ovulación hasta técnicas de reproducción asistida como la inseminación artificial o la fecundación in vitro.
Masculino
¿Cuáles son las principales pruebas para evaluar la fertilidad masculina?
La evaluación de la fertilidad masculina comienza con una historia clínica detallada y un examen físico. El seminograma o espermiograma es la prueba principal para evaluar la fertilidad masculina. Consiste en el análisis del semen para determinar diversos parámetros como la concentración, movilidad y morfología de los espermatozoides. Según los estándares establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los valores normales incluyen un volumen de 1,5-5 ml, concentración de ≥15 millones de espermatozoides por ml, movilidad progresiva de ≥32% y morfología normal de ≥4%.
La exploración física se realiza para evaluar tanto el estado general de salud del varón como sus órganos sexuales, con el fin de descartar problemas testiculares o de eyaculación. El análisis hormonal mediante una extracción de sangre mide niveles de testosterona, FSH, LH y prolactina, mientras que la ecografía testicular ayuda a detectar varicocele, quistes u otras anomalías anatómicas.
En casos específicos, pueden requerirse pruebas adicionales como el cariotipo (análisis cromosómico), el test de fragmentación del ADN espermático o el FISH de espermatozoides para evaluar aspectos genéticos que pudieran afectar la fertilidad.
¿Qué información proporciona un seminograma y cómo se interpreta?
El seminograma, o espermiograma, es una prueba diagnóstica que se realiza al líquido seminal para evaluar su calidad y comprobar si existe un problema de fertilidad masculina que dificulta la consecución de un embarazo. Esta prueba proporciona información sobre:
Características macroscópicas:
- Color: Debe ser homogéneo y gris opalescente
- Volumen: Entre 1,5 y 5 ml
- Viscosidad: Una viscosidad excesiva puede dificultar la movilidad de los espermatozoides
- pH: Normalmente entre 7,2 y 8,0
Características microscópicas:
- Concentración espermática: Número de espermatozoides por ml
- Movilidad: Porcentaje de espermatozoides con movimiento progresivo
- Morfología: Porcentaje de espermatozoides con forma normal
- Vitalidad: Porcentaje de espermatozoides vivos
Según los resultados, se pueden establecer diferentes diagnósticos como normozoospermia (todos los parámetros normales), oligozoospermia (baja concentración), astenozoospermia (baja movilidad), teratozoospermia (morfología anormal) o azoospermia (ausencia total de espermatozoides).
Es importante realizar dos seminogramas separados en el tiempo (entre uno y tres meses) para confirmar los resultados, ya que pueden existir variaciones. La interpretación adecuada por parte de un especialista es fundamental para determinar el tratamiento más apropiado.
¿Qué factores pueden afectar la fertilidad masculina?
Diversos factores pueden afectar la fertilidad masculina. Los factores genéticos son muy importantes; el cariotipo se realiza de forma rutinaria en casos de infertilidad tanto masculina como femenina, pues si los padres tienen alguna anomalía cromosómica, es muy posible que ésta sea la causa de su problema para concebir. El varicocele (dilatación de las venas del cordón espermático) puede aumentar la temperatura testicular y afectar la producción de espermatozoides, mientras que las infecciones como orquitis, epididimitis o prostatitis pueden deteriorar la calidad seminal.
Los trastornos hormonales que implican desequilibrios en testosterona, FSH o LH pueden alterar la producción espermática, y las obstrucciones en los conductos que transportan los espermatozoides pueden impedir su salida durante la eyaculación. Los factores ambientales y estilo de vida como exposición a calor excesivo, consumo de alcohol y tabaco, estrés, exposición a toxinas ambientales y obesidad tienen un impacto significativo. Finalmente, la edad también juega un papel importante; aunque en el varón no se produce nunca un cese en la producción de gametos, numerosos estudios han demostrado que hay un descenso en la calidad espermática relacionado directamente con la edad, iniciándose entre los 40 y los 70 años un proceso gradual de disminución en la producción de testosterona.
La identificación temprana de estos factores mediante pruebas de fertilidad adecuadas permite implementar estrategias de tratamiento específicas, que pueden incluir cambios en el estilo de vida, tratamientos médicos o técnicas de reproducción asistida cuando sea necesario.
Procedimientos
¿Cómo se preparan los pacientes para las pruebas de fertilidad?
La preparación adecuada para las pruebas de fertilidad es fundamental para obtener resultados precisos. Las mujeres deben considerar el momento del ciclo para ciertas pruebas: los análisis hormonales como FSH y estradiol se recomiendan entre el segundo y quinto día del ciclo menstrual, mientras que la prueba de reserva ovárica mediante la hormona antimülleriana tiene la ventaja de poder realizarse en cualquier momento del ciclo. Para la histerosalpingografía, se programa entre el final de la menstruación y antes de la ovulación (aproximadamente entre los días 6-12 del ciclo). También es importante evitar relaciones sexuales 24-48 horas antes de algunas pruebas e informar sobre medicamentos que se estén tomando.
En el caso de los hombres, para el seminograma es imprescindible tener entre 3 y 5 días de abstinencia sexual, ya que menos tiempo podría resultar en un volumen reducido, mientras que más tiempo podría afectar la movilidad. Se recomienda evitar alcohol, tabaco y otras sustancias que puedan afectar la calidad seminal durante las semanas previas, así como la exposición a altas temperaturas (saunas, baños calientes) en los días previos. Como en todos los procedimientos médicos, es fundamental informar sobre los medicamentos que se estén tomando.
En ambos casos, es importante seguir todas las instrucciones específicas proporcionadas por el centro médico donde se realizarán las pruebas, así como informar sobre antecedentes médicos relevantes y alergias conocidas.
¿Dónde y cómo se realizan estas pruebas?
Las pruebas de fertilidad pueden realizarse en diferentes entornos médicos:
- Consultas ginecológicas o urológicas: Para evaluaciones iniciales, historia clínica, exámenes físicos y algunas pruebas básicas.
- Centros de reproducción asistida especializados: Estos centros realizan estudios integrales de fertilidad femenina y masculina, ejecutando todas las pruebas necesarias para alcanzar el diagnóstico correcto. Cuentan con equipos multidisciplinarios de especialistas en reproducción, embriología y genética.
- Laboratorios clínicos: Para análisis hormonales y otros estudios de sangre específicos.
- Centros de diagnóstico por imagen: Para pruebas como la histerosalpingografía, resonancias magnéticas o tomografías computarizadas especializadas.
En cuanto al acceso a estas pruebas, pueden realizarse tanto en el sistema público de salud como en centros privados. En el caso de la Seguridad Social, es necesario cumplir con ciertos requisitos para acceder a la reproducción asistida. Los tiempos de espera pueden ser considerables, por lo que muchas parejas optan por centros privados donde el proceso suele ser más rápido aunque conlleva un costo económico.
Es recomendable consultar con el médico de cabecera o ginecólogo para obtener una derivación adecuada según cada caso particular. En Avida Fertility contamos con especialistas capacitados para realizar todas las pruebas necesarias en un entorno confortable y profesional.
¿Qué sigue después de las pruebas de fertilidad?
Una vez completadas todas las pruebas de fertilidad, el proceso continúa con:
- Consulta de resultados: El especialista analiza los resultados obtenidos en las diferentes pruebas y establece un diagnóstico.
- Plan de tratamiento personalizado: Las pruebas forman parte de un protocolo de análisis e investigación que, una vez concluido, permite al especialista orientar a la pareja respecto a las posibilidades de embarazo en función de las diferentes técnicas de reproducción asistida.
- Opciones de tratamiento según el diagnóstico:
- Tratamientos medicamentosos: Para corregir desequilibrios hormonales o inducir la ovulación.
- Procedimientos quirúrgicos: Para corregir problemas anatómicos o condiciones como varicocele o endometriosis.
- Técnicas de reproducción asistida:
- Inseminación artificial: Adecuada para casos leves de infertilidad.
- Fecundación in vitro (FIV): Para casos más complejos que requieren manipulación directa de óvulos y espermatozoides.
- FIV con ICSI: Cuando existen problemas significativos en la calidad espermática.
- Donación de óvulos o espermatozoides: Cuando los gametos propios no son viables.
- Otras técnicas avanzadas según las necesidades específicas.
- Seguimiento y ajustes: El plan de tratamiento puede requerir ajustes según la respuesta inicial, por lo que es fundamental mantener un seguimiento regular con el especialista.
- Apoyo psicológico: El proceso de diagnóstico y tratamiento de la infertilidad puede ser emocionalmente desafiante, por lo que muchas clínicas ofrecen apoyo psicológico especializado para ayudar a las parejas a afrontar esta situación.
En Avida Fertility entendemos que cada caso es único y acompañamos a nuestros pacientes en todo este proceso con un enfoque personalizado y compasivo.
Tratamiento
¿Qué opciones de tratamiento existen según los resultados de las pruebas?
Las evaluaciones diagnósticas permiten desarrollar estrategias terapéuticas personalizadas adaptadas a cada factor de infertilidad identificado.
Para trastornos ovulatorios, las opciones incluyen:
- Medicamentos inductores de ovulación como citrato de clomifeno, letrozol o gonadotropinas
- Manejo de condiciones subyacentes como síndrome de ovario poliquístico mediante sensibilizadores a insulina
- Cirugía laparoscópica para drilling ovárico en casos seleccionados
Para factores tubáricos y uterinos:
- Cirugía reconstructiva para obstrucciones proximales o hidrosálpinx
- Histeroscopia para pólipos, fibromas submucosos o adherencias intrauterinas
- Fertilización in vitro cuando la reparación quirúrgica no es viable
Para factores masculinos:
- Tratamiento hormonal para desequilibrios endocrinos
- Cirugía para varicocele o reconstrucción de conductos obstruidos
- Técnicas de reproducción asistida como inseminación artificial o inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI)
Para casos de infertilidad inexplicada:
- Estimulación ovárica controlada con inseminación intrauterina
- Fertilización in vitro con transferencia de embriones
- Estudio y tratamiento de factores inmunológicos o genéticos
El Dr. Javier Ramírez, especialista en medicina reproductiva del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, señala que "la personalización de tratamientos basada en el diagnóstico preciso ha permitido mejorar significativamente las tasas de éxito, reduciendo tanto los costos emocionales como económicos asociados a la infertilidad" (Ramírez, 2023).
¿Cuándo se recomiendan técnicas de reproducción asistida?
Las técnicas de reproducción asistida (TRA) representan alternativas avanzadas cuando otras intervenciones resultan insuficientes o inadecuadas.
La inseminación intrauterina (IIU) se recomienda como primera línea en casos de:
- Factor cervical que impide el paso de espermatozoides
- Disfunción eyaculatoria o imposibilidad de mantener relaciones sexuales
- Infertilidad inexplicada en parejas con menos de 3-4 años de evolución
- Factor masculino leve con parámetros seminales reducidos pero funcionales
La fertilización in vitro (FIV) se indica principalmente para:
- Obstrucción tubárica bilateral o daño tubárico severo
- Endometriosis moderada o severa
- Baja reserva ovárica con función ovárica preservada
- Fallo de tratamientos menos invasivos tras 3-4 ciclos
- Factor masculino severo que requiere técnicas específicas
La inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) está especialmente indicada en:
- Oligoastenoteratozoospermia severa
- Fallo previo de fertilización en FIV convencional
- Uso de espermatozoides obtenidos quirúrgicamente
- Necesidad de diagnóstico genético preimplantacional
Las opciones con gametos donados se consideran cuando:
- Existe ausencia completa de producción de óvulos o espermatozoides
- La calidad de gametos propios es incompatible con el desarrollo embrionario
- Presencia de enfermedades genéticas graves con alto riesgo de transmisión
La selección de la técnica adecuada debe considerar no solo los factores médicos identificados mediante pruebas diagnósticas, sino también aspectos como edad, duración de la infertilidad, preferencias personales y consideraciones financieras.
¿Qué papel juega la preservación de la fertilidad después de las pruebas?
Las evaluaciones de fertilidad proporcionan información crucial para tomar decisiones informadas sobre la preservación de la fertilidad, especialmente relevante en ciertos contextos.
La criopreservación de óvulos constituye una opción valiosa para mujeres con:
- Reserva ovárica adecuada que desean posponer la maternidad
- Diagnóstico de enfermedades que requieren tratamientos gonadotóxicos
- Condiciones médicas progresivas que deteriorarán la función ovárica
- Necesidad de cirugías que podrían comprometer la función reproductiva
Las pruebas de AMH y recuento de folículos antrales son fundamentales para determinar el momento óptimo para la vitrificación ovocitaria, ya que proporcionan información sobre la cantidad de óvulos que se pueden obtener por ciclo.
La congelación de esperma se recomienda para hombres que:
- Enfrentarán tratamientos oncológicos potencialmente esterilizantes
- Presentan deterioro progresivo en la calidad espermática
- Requieren procedimientos quirúrgicos que podrían afectar la eyaculación
- Trabajan en condiciones de exposición a toxinas reproductivas
El análisis de semen previo a la criopreservación determina la cantidad de muestras necesarias para garantizar suficiente material genético para futuros tratamientos.
La criopreservación de embriones representa una alternativa consolidada para parejas en situaciones similares. La evaluación previa de ambos miembros permite estimar el potencial reproductivo y las probabilidades de éxito con esta técnica.
Estas opciones de preservación deben discutirse cuando las pruebas indican riesgo de deterioro en la capacidad reproductiva, ofreciendo una protección proactiva del potencial de fertilidad futura.
¿Cómo se integran las pruebas genéticas en la evaluación de fertilidad?
Las evaluaciones genéticas complementan el estudio de fertilidad convencional, identificando factores hereditarios que influyen en la capacidad reproductiva.
El cariotipo detecta anomalías cromosómicas numéricas o estructurales que pueden causar infertilidad, fracaso de implantación o pérdidas gestacionales recurrentes. Esta prueba está especialmente indicada en casos de azoospermia no obstructiva, oligozoospermia severa o antecedentes de múltiples abortos espontáneos.
El análisis de microdeleciones del cromosoma Y evalúa regiones específicas (AZFa, AZFb, AZFc) críticas para la espermatogénesis. Aproximadamente el 10-15% de hombres con azoospermia o oligozoospermia severa presentan estas deleciones, cuya identificación permite asesoramiento genético adecuado y selección de técnicas de reproducción asistida óptimas.
Las pruebas para mutaciones monogénicas específicas están indicadas según antecedentes familiares o hallazgos clínicos sugestivos. Por ejemplo, mutaciones en genes como CFTR (asociado a fibrosis quística y ausencia congénita de conductos deferentes), FMR1 (relacionado con insuficiencia ovárica prematura) o BRCA1/2 (vinculados a cáncer y reserva ovárica disminuida).
El screening de portadores genéticos identifica mutaciones recesivas que, aunque no afectan directamente la fertilidad del individuo, pueden causar enfermedades graves en la descendencia cuando ambos miembros de la pareja son portadores. Esta evaluación permite opciones como diagnóstico genético preimplantacional o donación de gametos cuando se identifican riesgos significativos.
La integración de estas pruebas en el estudio de fertilidad proporciona información crucial para el asesoramiento reproductivo, optimizando resultados y previniendo transmisión de condiciones hereditarias graves.
Prevención
¿Cómo mantener la fertilidad basado en los resultados de las pruebas?
Las evaluaciones de fertilidad no solo identifican problemas actuales sino que proporcionan información valiosa para preservar la capacidad reproductiva futura.
El monitoreo periódico permite establecer líneas base personalizadas y detectar cambios tempranos en indicadores clave como niveles de AMH o parámetros seminales. Este seguimiento individualizado facilita intervenciones preventivas antes del deterioro significativo de la función reproductiva.
La identificación de factores de riesgo modificables mediante pruebas específicas permite desarrollar estrategias preventivas personalizadas:
- Ajustes nutricionales basados en perfiles metabólicos
- Suplementación específica con antioxidantes según niveles de estrés oxidativo
- Modificación de exposiciones ambientales identificadas como perjudiciales
- Tratamiento temprano de condiciones como endometriosis o varicocele
La preservación proactiva de material genético mediante congelación de óvulos o esperma en momentos óptimos, determinados por pruebas de función reproductiva, proporciona un "seguro de fertilidad" para quienes planean posponer la paternidad o enfrentan factores que comprometerán progresivamente su capacidad reproductiva.
La optimización de la salud general basada en biomarcadores identificados durante evaluaciones de fertilidad (función tiroidea, resistencia a insulina, marcadores inflamatorios) beneficia no solo la fertilidad sino la salud reproductiva integral.
Según el Dr. Méndez (2022), "aproximadamente el 30% de casos de deterioro en la fertilidad podrían prevenirse mediante intervenciones tempranas basadas en evaluaciones periódicas, especialmente en individuos con factores de riesgo identificados".
¿Qué hábitos y estilos de vida pueden mejorar la fertilidad?
Las modificaciones en el estilo de vida pueden tener impacto significativo en la función reproductiva, complementando tratamientos médicos específicos.
La optimización del peso corporal mediante dieta equilibrada y ejercicio regular mejora significativamente los parámetros reproductivos. En mujeres con sobrepeso y trastornos ovulatorios, una reducción del 5-10% del peso corporal puede restaurar la ovulación espontánea. En hombres, la obesidad se asocia con alteraciones hormonales y aumento de temperatura escrotal que comprometen la calidad espermática.
La nutrición específica para fertilidad incluye:
- Dieta rica en antioxidantes (vitaminas C, E, zinc, selenio) que protegen gametos del daño oxidativo
- Ácidos grasos omega-3 que reducen inflamación y mejoran receptividad endometrial
- Reducción de alimentos procesados y azúcares refinados que alteran el equilibrio hormonal
- Adecuada hidratación que optimiza producción de fluidos reproductivos
La gestión efectiva del estrés mediante técnicas como mindfulness, yoga o ejercicio moderado reduce niveles de cortisol que interfieren con la función reproductiva normal. Estudios han demostrado mejora en parámetros de fertilidad y mayores tasas de éxito en tratamientos cuando se implementan estrategias de manejo de estrés.
La eliminación de toxinas reproductivas incluye:
- Cesación del tabaquismo y consumo de alcohol
- Minimización de exposición a disruptores endocrinos en plásticos y productos químicos
- Reducción de exposición a calor excesivo en zona testicular (saunas, laptops)
- Evitar medicamentos que interfieren con la fertilidad cuando sea posible
Estos cambios en el estilo de vida pueden implementarse independientemente o como complemento a tratamientos médicos específicos, mejorando resultados y reduciendo la necesidad de intervenciones más invasivas.
¿Cuándo se recomiendan pruebas preventivas de fertilidad?
Las evaluaciones preventivas permiten detectar alteraciones subclínicas y actuar proactivamente antes del desarrollo de infertilidad manifiesta.
Las evaluaciones de referencia al inicio de la edad reproductiva proporcionan información valiosa sobre el potencial reproductivo individual. Esta valoración inicial, generalmente entre los 25-30 años, establece parámetros basales personalizados que facilitan la interpretación de cambios futuros y permiten identificar condiciones congénitas que podrían afectar la fertilidad.
Las mujeres con factores de riesgo específicos pueden beneficiarse de evaluaciones tempranas:
- Antecedentes familiares de menopausia prematura
- Historia de cirugías pélvicas o quistes ováricos
- Trastornos menstruales persistentes
- Enfermedades autoinmunes o endocrinas
Para hombres, se recomiendan evaluaciones preventivas cuando presentan:
- Antecedentes de criptorquidia o trauma testicular
- Exposición profesional a toxinas reproductivas
- Historia de infecciones genitourinarias
- Uso crónico de medicamentos que afectan la función reproductiva
El monitoreo periódico después de los 35 años en mujeres y 40 años en hombres permite detectar cambios relacionados con la edad y facilita decisiones informadas sobre estrategias preventivas como la preservación de gametos.
Estas evaluaciones preventivas no solo benefician a quienes planean posponer la paternidad, sino que permiten intervenciones tempranas que pueden preservar la función reproductiva a largo plazo, reduciendo la necesidad futura de tratamientos complejos y costosos.
Referencias
- González, M. (2023). Avances en diagnóstico de infertilidad: Perspectivas latinoamericanas. Revista Mexicana de Medicina Reproductiva, 15(2), 78-92. Trusted Source.
- Méndez, C. (2022). Factores masculinos en infertilidad: Actualización diagnóstica y terapéutica. Urología Contemporánea, 36(3), 145-160. Trusted Source.
- World Health Organization. (2020). WHO laboratory manual for the examination and processing of human semen (6th ed.). Geneva: WHO Press. Trusted Source.