Sharing eggs with Avida Fertility

At Avida Fertility, we know that egg sharing is a generous and meaningful decision. By donating part of your eggs, you not only help other people fulfill their dream of becoming parents, but you also have the opportunity to preserve your own fertility for the future. Our team of experts will guide you every step of the way, ensuring your well-being and providing you with the best medical and emotional care.

La Life it starts with a small flash, and we're here to Accompany you at every step of this trip.

Egg sharing: your decision, your future

From the initial consultation to egg retrieval, every step is designed to provide you with security, peace of mind, and control over your fertility.

1: Initial consultation and evaluation

The process begins with a personalized consultation where we evaluate your reproductive health and general well-being. Extensive medical tests are performed, including hormonal tests to evaluate ovarian reserve and transvaginal ultrasound to examine the quality of the ovaries. In addition, we perform a genetic evaluation to rule out possible inherited diseases. This first stage allows us to ensure that the program is right for you and to answer all your questions.

2: Preparing for ovarian stimulation

Once the initial evaluation is complete, we design a personalized ovarian stimulation protocol to optimize egg production. Through hormonal medications, we stimulate your ovaries to produce multiple mature eggs. During this phase, we continuously follow up with ultrasound and hormonal tests to monitor your response and adjust medication as needed. The entire process is designed to be safe and comfortable for you.

3: Egg Extraction and Vitrification

When the follicles reach the right size, we schedule the egg retrieval procedure. This is a quick and minimally invasive process, performed under sedation to ensure your comfort. The eggs obtained are divided into two groups: a part is donated to people who need help to conceive, while the eggs you decide to keep are vitrified for future use. Vitrification is an advanced technique that preserves the quality of eggs for years, ensuring your motherhood opportunities in the future.

4: Recovery and follow-up

After the extraction, you'll receive support from our medical team to ensure your quick and hassle-free recovery. You will be provided with detailed instructions for aftercare and checks will be scheduled to make sure everything is in order. In addition, our team will be available to provide you with emotional support and resolve any concerns you may have during this period.

Ready to take the first step?

At Avida Fertility, we're here to guide you every step of the way. Contact us today and discover how sharing your eggs can be a rewarding experience for both you and those in need.

AVIDA FERTILITY
What Us
It does
different
Services and appointments from home
Talk to a doctor and perform your fertility tests in the comfort and privacy of your home, without complications or travel.
All-Inclusive Packages
Enjoy transparent packages that cover everything you need for your treatment, with no hidden costs or unexpected surprises.
Expert online support
Chat with our advisors through the Avida app and receive personalized guidance when you need it most.
Next Generation Clinic
Our private clinic combines fertility experts with cutting-edge technology to provide you with the best opportunities for success.
AVIDA FERTILITY
Why choose Avida

At Avida Fertility, we offer a fully personalized approach for each patient, ensuring that you receive the most appropriate treatment according to your individual needs. Our cutting-edge technology allows us to apply the latest advances in fertility, optimizing every step of the process to increase your chances of success.

In addition, we understand that the emotional aspect is fundamental, which is why we provide comprehensive support that covers both physical and mental health. Our team of experts accompanies you at every stage, ensuring that your experience is as comfortable and effective as possible.

Talk to an Advisor.
AVIDA FERTILITY
S‍Your
Journey.
Contact us now
AVIDA FERTILITY
Speak With
A
Consultant.
Plan your appointment
IVF > Benefits

¿Cómo funciona el proceso de compartir óvulos?

El proceso de compartir óvulos, también conocido como donación compartida de óvulos, es un procedimiento en el que una mujer sometida a un tratamiento de fecundación in vitro (FIV) dona una parte de sus óvulos a otra persona que los necesita para lograr un embarazo. Este procedimiento beneficia a ambas partes: la donante recibe un descuento en su tratamiento de FIV y la receptora obtiene óvulos para su propio ciclo de tratamiento.

El proceso comienza con una evaluación médica exhaustiva de la potencial donante. Esta evaluación incluye análisis de sangre para detectar enfermedades infecciosas, pruebas genéticas y una evaluación de la reserva ovárica mediante la medición de la hormona antimülleriana (AMH). Según la Organización Mundial de la Salud, estos exámenes son fundamentales para garantizar la seguridad tanto de la donante como de la receptora (Trusted Source).

Una vez aprobada como donante, la mujer inicia la estimulación ovárica mediante inyecciones de hormonas durante aproximadamente 10-12 días. Este proceso está diseñado para estimular los ovarios a producir múltiples óvulos en un solo ciclo. Durante este período, se realizan visitas regulares a la clínica para monitorear el desarrollo folicular mediante ecografías transvaginales y análisis de sangre para medir los niveles hormonales.

Cuando los folículos alcanzan el tamaño adecuado, se administra una inyección de hormona desencadenante para madurar los óvulos. Aproximadamente 36 horas después, se realiza la extracción de óvulos o punción folicular, un procedimiento ambulatorio bajo sedación que dura aproximadamente 20-30 minutos. Los óvulos recuperados se dividen entre la donante y la receptora según lo acordado previamente.

¿Quiénes pueden ser candidatas para compartir óvulos?

Las candidatas ideales para compartir óvulos son mujeres que enfrentan desafíos económicos para acceder a tratamientos de fertilidad y que cumplen con ciertos criterios médicos específicos. Para calificar como donante compartida, las mujeres generalmente deben tener entre 21 y 35 años, ya que la calidad ovocitaria disminuye significativamente después de esta edad.

La buena salud general es un requisito fundamental. Las candidatas deben estar libres de enfermedades genéticas hereditarias, infecciones transmisibles y trastornos médicos graves que podrían afectar la seguridad del procedimiento o la calidad de los óvulos. Las pruebas de fertilidad femenina completas son esenciales para determinar la idoneidad.

Una reserva ovárica adecuada es otro criterio crucial. La medición de la hormona antimülleriana (AMH) y el conteo de folículos antrales mediante ecografía ayudan a predecir la respuesta a la estimulación ovárica. Las mujeres con niveles bajos de AMH podrían no producir suficientes óvulos para compartir efectivamente, lo que las hace menos adecuadas para este programa.

El índice de masa corporal (IMC) también es considerado, ya que valores extremos pueden afectar negativamente la respuesta a la medicación de fertilidad y la calidad de los óvulos. La Sociedad Americana de Medicina Reproductiva recomienda un IMC entre 18.5 y 30 para optimizar los resultados del tratamiento (Trusted Source).

Finalmente, las candidatas deben someterse a una evaluación psicológica para asegurar que comprenden completamente las implicaciones de compartir sus óvulos y están emocionalmente preparadas para este proceso. Esta evaluación es fundamental para confirmar que la decisión se toma de manera informada y sin presiones externas.

¿Cuántos óvulos se pueden compartir y cuántos se necesitan para el tratamiento?

La cantidad de óvulos que se pueden compartir varía según varios factores, principalmente la respuesta individual a la estimulación ovárica. En programas de compartición de óvulos, generalmente se establece un mínimo de 8-10 óvulos recuperados para proceder con la división. Si se recuperan menos, la donante tiene la opción de mantener todos sus óvulos, aunque esto podría significar no recibir el beneficio económico del programa.

La división suele realizarse equitativamente, con aproximadamente el 50% de los óvulos para la donante y el 50% para la receptora. Sin embargo, en algunos programas, se requiere un número mínimo para la receptora antes de que la donante pueda conservar los restantes. Un estudio publicado en la revista Fertility and Sterility indica que la obtención de 15 o más óvulos en un ciclo de estimulación se asocia con mayores tasas de nacidos vivos tanto para donantes como para receptoras (Trusted Source).

Para un tratamiento de FIV-ICSI exitoso, idealmente se necesitan entre 3-6 óvulos maduros por receptora. Esto permite la fertilización, el desarrollo embrionario y la posible congelación de embriones para futuros intentos. La tasa de fertilización promedio es del 70%, lo que significa que no todos los óvulos resultarán en embriones viables.

Es importante señalar que la calidad de los óvulos es tan crucial como la cantidad. Un número menor de óvulos de alta calidad puede producir mejores resultados que una cantidad mayor de óvulos de calidad inferior. La edad de la donante es el factor más determinante en la calidad ovocitaria, razón por la cual se establecen límites de edad para los programas de compartición.

Los protocolos clínicos actuales buscan optimizar la estimulación ovárica para obtener entre 10-15 óvulos por ciclo, equilibrando la maximización de óvulos recuperados con la minimización del riesgo de síndrome de hiperestimulación ovárica, una complicación potencialmente grave de los tratamientos de fertilidad.

¿Qué medicamentos se utilizan en el proceso de compartir óvulos?

El protocolo de medicación para compartir óvulos es similar al utilizado en la fecundación in vitro estándar. Incluye varios tipos de medicamentos administrados en fases específicas para optimizar la producción y maduración de múltiples óvulos en un solo ciclo.

El proceso generalmente comienza con anticonceptivos orales para sincronizar el ciclo de la donante. Luego se utilizan antagonistas de GnRH como cetrorelix o ganirelix, o agonistas como leuprolide, para prevenir la ovulación prematura mediante la supresión de la glándula pituitaria. Estos medicamentos evitan que los óvulos sean liberados antes de la recuperación programada.

Las gonadotropinas, incluyendo la hormona foliculoestimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH), son fundamentales en el protocolo. Medicamentos como Gonal-F, Follistim, Menopur o Bravelle se administran mediante inyecciones subcutáneas diarias durante aproximadamente 10-12 días. Estas hormonas estimulan los ovarios para producir múltiples folículos en lugar del único folículo que se desarrolla naturalmente cada mes.

Cuando los folículos alcanzan el tamaño adecuado (generalmente 18-20 mm), se administra una "inyección desencadenante" de gonadotropina coriónica humana (hCG) o agonista de GnRH para inducir la maduración final de los óvulos. Esta inyección simula el aumento natural de LH que ocurre antes de la ovulación.

Después de la recuperación de óvulos, las donantes pueden recibir antibióticos profilácticos para prevenir infecciones y analgésicos para manejar cualquier molestia. En algunos casos, también se prescriben suplementos de progesterona para apoyar la fase lútea si la donante utilizará sus propios óvulos para un tratamiento simultáneo.

Un estudio reciente de la Asociación Española de Fertilidad demostró que los protocolos personalizados basados en los niveles de AMH y el peso corporal de la donante aumentan significativamente las tasas de recuperación de óvulos de alta calidad, beneficiando tanto a donantes como a receptoras.

IVF > Factors

¿Cuáles son las ventajas económicas de compartir óvulos?

La ventaja económica más significativa de compartir óvulos es la reducción sustancial en el costo del tratamiento de fertilidad para la donante. Los tratamientos de fecundación in vitro son considerablemente costosos, y compartir óvulos puede disminuir ese gasto hasta en un 50-70%, dependiendo de la clínica y sus políticas específicas.

En México, el costo promedio de un ciclo completo de FIV oscila entre 80,000 y 150,000 pesos mexicanos. Al participar en un programa de compartición de óvulos, las donantes pueden ver este costo reducido a 40,000-60,000 pesos, lo que representa un ahorro significativo. Esta reducción hace que el tratamiento sea accesible para muchas mujeres que de otro modo no podrían permitírselo.

El programa también ofrece beneficios económicos indirectos. Si el primer ciclo no tiene éxito, algunas clínicas ofrecen descuentos adicionales en ciclos subsecuentes para donantes que han participado previamente en el programa de compartición. Además, si se obtienen suficientes óvulos para criopreservar embriones, la donante ahorra considerablemente en futuros intentos, ya que la transferencia de embriones congelados es menos costosa que un ciclo completo de FIV.

Para las receptoras, aunque sigue siendo una inversión significativa, recibir óvulos compartidos suele ser más económico que trabajar con una donante exclusiva. Según datos del Instituto Nacional de Perinatología, el costo de un tratamiento con óvulos donados puede reducirse aproximadamente un 30% mediante los programas de compartición.

Es importante señalar que los costos exactos varían considerablemente entre clínicas y regiones, y pueden existir gastos adicionales no incluidos en el paquete básico, como medicamentos, pruebas genéticas o almacenamiento criogénico de embriones. Por ello, se recomienda solicitar un desglose detallado de todos los gastos potenciales antes de comprometerse con el tratamiento.

¿Qué beneficios médicos tiene el programa de compartir óvulos?

El programa de compartir óvulos ofrece múltiples beneficios médicos, comenzando con un monitoreo médico exhaustivo para la donante. Durante el proceso, la donante recibe una evaluación completa de su salud reproductiva, incluyendo pruebas de fertilidad detalladas que podrían identificar problemas previamente desconocidos. Este diagnóstico temprano permite intervenciones oportunas que pueden mejorar significativamente el pronóstico reproductivo.

La estimulación ovárica controlada permite a los especialistas observar la respuesta ovárica de la donante, proporcionando información valiosa sobre su reserva ovárica y capacidad reproductiva. Un estudio publicado por la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología demostró que este conocimiento facilita la personalización de futuros tratamientos, optimizando las probabilidades de éxito.

Para las receptoras con baja reserva ovárica, menopausia precoz o fallos repetidos de FIV con óvulos propios, el programa representa una oportunidad invaluable de lograr un embarazo con óvulos más jóvenes y de mejor calidad. La tasa de éxito con óvulos compartidos de donantes jóvenes puede alcanzar el 50-60% por transferencia, comparada con el 10-20% cuando utilizan sus propios óvulos en casos de edad avanzada o baja reserva ovárica.

Desde una perspectiva médica más amplia, los programas de compartición optimizan el uso de recursos sanitarios y medicamentos de fertilidad. Un solo ciclo de estimulación beneficia a dos familias, reduciendo la exposición total a medicamentos y procedimientos invasivos en la población general.

Adicionalmente, dado que las donantes compartidas suelen ser pacientes de fertilidad ellas mismas (no donantes comerciales), el perfil demográfico y de salud tiende a ser diferente. Esto puede proporcionar mayor diversidad genética en el banco de donantes de una clínica, beneficiando a receptoras con requerimientos específicos para emparejar características fenotípicas o étnicas.

¿Por qué algunas mujeres eligen compartir sus óvulos?

Las motivaciones para compartir óvulos son diversas y generalmente combinan factores altruistas y pragmáticos. La razón más frecuente es la accesibilidad económica a tratamientos de fertilidad que de otro modo estarían fuera del alcance financiero de muchas mujeres. El significativo descuento en el costo del tratamiento de FIV hace posible que mujeres con recursos limitados accedan a técnicas avanzadas de reproducción asistida.

El altruismo juega un papel fundamental en esta decisión. Muchas donantes expresan satisfacción al saber que sus óvulos pueden ayudar a otra persona o pareja a experimentar la maternidad. Un estudio de la Asociación Latinoamericana de Medicina Reproductiva encontró que el 82% de las donantes compartidas mencionaron este factor altruista como una motivación importante, aun cuando también se beneficiaban económicamente del programa.

La empatía surgida de la propia experiencia con infertilidad motiva a muchas donantes. Habiendo experimentado personalmente los desafíos emocionales de la infertilidad, muchas mujeres sienten una conexión especial con otras personas en situaciones similares y desean contribuir positivamente a su camino hacia la paternidad. Esta "solidaridad entre pacientes" fortalece la comunidad de personas que enfrentan desafíos reproductivos.

Algunas mujeres también consideran el programa como una forma de otorgar propósito a los óvulos que no utilizarán. Dado que la estimulación ovárica produce múltiples óvulos, muchos de los cuales podrían no ser necesarios para su propio tratamiento, compartirlos representa una alternativa ética a desecharlos o mantenerlos indefinidamente criopreservados.

La percepción cultural positiva de la donación en muchas comunidades latinoamericanas también influye en la decisión. En México, donde los valores familiares son especialmente importantes, existe una valoración social del acto de ayudar a otros a formar familias, lo que puede proporcionar a las donantes un sentido de contribución social significativa.

¿Cómo se benefician las receptoras del programa de compartir óvulos?

Las receptoras de óvulos compartidos obtienen múltiples beneficios, siendo el más evidente la oportunidad de lograr un embarazo cuando no es posible utilizar óvulos propios. Este programa es particularmente valioso para mujeres con insuficiencia ovárica prematura, baja reserva ovárica, menopausia, anomalías genéticas transmisibles o fallos repetidos en tratamientos con óvulos propios.

Para receptoras, los tratamientos con donación de óvulos suelen ser costosos, y los programas de compartición ofrecen una alternativa más asequible. En comparación con los programas de donación exclusiva, donde una donante proporciona óvulos únicamente para una receptora, la compartición puede reducir los costos hasta en un 40%, ampliando el acceso a estos tratamientos.

Los tiempos de espera más cortos constituyen otro beneficio importante. Mientras que los programas tradicionales de donación de óvulos pueden tener listas de espera de varios meses o incluso años, los programas de compartición suelen tener mayor disponibilidad, ya que cada donante puede ayudar a múltiples receptoras. Esto es especialmente relevante para mujeres de edad avanzada, donde el factor tiempo es crucial.

La calidad de los óvulos en estos programas suele ser excelente, ya que provienen de mujeres jóvenes (generalmente menores de 35 años) que están siendo tratadas por factores de infertilidad no relacionados con la calidad ovocitaria. Esto contrasta con situaciones donde se utilizan óvulos propios de mujeres de edad avanzada, donde la calidad puede estar significativamente comprometida.

Desde una perspectiva psicológica, muchas receptoras reportan una conexión especial sabiendo que sus donantes también están en un camino de fertilidad. Un estudio del Instituto Nacional de Perinatología encontró que las receptoras en programas de compartición mostraban niveles más bajos de ansiedad comparadas con aquellas en programas de donación tradicional, posiblemente debido a la percepción de una experiencia compartida y mayor empatía en el proceso.

¿Qué dicen los estudios sobre las tasas de éxito al compartir óvulos?

Las tasas de éxito en los programas de compartir óvulos son comparables a las de los programas de donación exclusiva de óvulos, con algunas variaciones dependiendo de factores específicos. Los estudios científicos actuales muestran resultados prometedores para ambas partes involucradas.

Para las receptoras, las estadísticas son particularmente alentadoras. Según un estudio multicéntrico realizado por la Red Latinoamericana de Reproducción Asistida, la tasa de embarazo clínico por transferencia en receptoras de óvulos compartidos oscila entre el 45% y 55%, similar a las tasas observadas en programas de donación exclusiva. Este porcentaje supera significativamente las tasas de éxito de mujeres de edad avanzada utilizando sus propios óvulos, que pueden ser tan bajas como 10-15% después de los 40 años.

En cuanto a las donantes que también son pacientes, diversos estudios indican que sus tasas de éxito no se ven comprometidas por compartir sus óvulos. Un análisis retrospectivo de cinco años publicado en la revista Human Reproduction mostró que las donantes compartidas lograron tasas de embarazo clínico del 38-48%, estadísticamente no diferentes de pacientes de FIV de edad similar que no compartieron sus óvulos.

Un factor determinante en el éxito es el número de óvulos disponibles para cada parte. Investigaciones de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva sugieren que se alcanza una meseta en las tasas de nacido vivo cuando cada parte recibe 6-8 óvulos maduros, con beneficios marginales al obtener más óvulos que este umbral.

La edad de la donante sigue siendo el predictor más importante del éxito. Los programas que limitan la participación a donantes menores de 35 años reportan consistentemente mejores resultados. Particularmente, las donantes entre 23-29 años muestran las tasas más altas de implantación y embarazo clínico, tanto para ellas mismas como para sus receptoras.

Es importante señalar que las tasas de nacido vivo por transferencia son el indicador más relevante del éxito del tratamiento. En este aspecto, los programas de compartición bien gestionados reportan tasas de aproximadamente 35-45%, dependiendo de factores como la calidad embrionaria y la receptividad endometrial de la receptora.

IVF > Types

¿Cuáles son los criterios médicos para participar como donante compartida?

Los criterios médicos para participar como donante compartida son rigurosos y están diseñados para garantizar tanto la seguridad del procedimiento como la calidad de los óvulos compartidos. Estos requisitos se han establecido siguiendo directrices de organizaciones internacionales como la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva y la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología.

La edad es el criterio principal, limitándose generalmente a mujeres entre 21 y 35 años. Este rango se establece porque la calidad ovocitaria disminuye significativamente después de los 35 años, afectando las tasas de éxito. Estudios demuestran que la tasa de anomalías cromosómicas en óvulos aumenta exponencialmente con la edad, pasando del 20% a los 30 años hasta más del 80% después de los 42 años.

Una buena reserva ovárica es fundamental para garantizar una respuesta adecuada a la estimulación. Esto se evalúa mediante la medición de la hormona antimülleriana (AMH), conteo de folículos antrales y niveles de FSH al inicio del ciclo. Las candidatas ideales tienen un nivel de AMH superior a 1.5 ng/ml y un conteo de folículos antrales mayor a 10-12 entre ambos ovarios.

El historial médico debe estar libre de enfermedades genéticas hereditarias graves, cáncer, enfermedades autoinmunes severas y trastornos endocrinos no controlados. Las enfermedades infecciosas como VIH, hepatitis B y C, sífilis y otras infecciones de transmisión sexual deben ser negativas en las pruebas de detección.

El índice de masa corporal (IMC) debe estar idealmente entre 18.5 y 29.9, ya que tanto el bajo peso como la obesidad pueden afectar negativamente la respuesta a la estimulación ovárica y la calidad de los óvulos. Estudios han demostrado que las mujeres con IMC fuera de este rango tienen tasas más bajas de recuperación de óvulos y menor calidad embrionaria.

Adicionalmente, se realizan pruebas genéticas para descartar la presencia de mutaciones recesivas comunes que podrían transmitirse a la descendencia. La evaluación psicológica completa el proceso, asegurando que la donante comprende plenamente las implicaciones de su decisión y está emocionalmente preparada para compartir sus óvulos.

¿Qué pruebas y evaluaciones se realizan antes de compartir óvulos?

Antes de participar en un programa de compartir óvulos, las potenciales donantes deben someterse a una serie exhaustiva de pruebas y evaluaciones para garantizar su idoneidad para el proceso. Este protocolo de evaluación es fundamental para la seguridad de todas las partes involucradas y para optimizar las probabilidades de éxito del tratamiento.

La evaluación comienza con una historia clínica detallada y un examen físico completo. Se investigan antecedentes personales y familiares de enfermedades hereditarias, trastornos reproductivos, historial de cirugías pélvicas y cualquier condición médica que pudiera afectar la fertilidad o la seguridad del procedimiento de estimulación ovárica.

Las pruebas de reserva ovárica son esenciales para predecir la respuesta a la estimulación. Estas incluyen la medición de la hormona antimülleriana (AMH), la hormona foliculoestimulante (FSH) en el día 2-3 del ciclo, estradiol basal y un conteo de folículos antrales mediante ecografía transvaginal. Una reserva ovárica adecuada es crucial para asegurar que la donante producirá suficientes óvulos para compartir.

El cribado de enfermedades infecciosas es obligatorio e incluye pruebas para VIH, hepatitis B y C, sífilis, clamidia, gonorrea y citomegalovirus. Según las directrices de la Organización Mundial de la Salud, estas pruebas deben realizarse dentro de los seis meses previos a la donación y repetirse justo antes del inicio del ciclo (Trusted Source).

Las pruebas genéticas incluyen cariotipo para descartar anomalías cromosómicas y cribado de portador para mutaciones recesivas frecuentes como fibrosis quística, atrofia muscular espinal, enfermedad de Tay-Sachs y otras condiciones según el origen étnico. Algunas clínicas utilizan paneles genéticos ampliados que analizan cientos de mutaciones recesivas simultáneamente.

La evaluación psicológica por un especialista en salud mental con experiencia en medicina reproductiva es fundamental. Esta evaluación explora la motivación para donar, la comprensión de las implicaciones a largo plazo, la estabilidad emocional y la capacidad para manejar el estrés asociado con el proceso. También se discuten aspectos relacionados con la posible conexión genética con la descendencia resultante.

Adicionalmente, se realiza una evaluación de la función tiroidea, pruebas de coagulación, grupo sanguíneo y factor Rh, y otros análisis específicos según los hallazgos en la historia clínica. Todas estas pruebas aseguran que la donante es médicamente apta para someterse a la estimulación ovárica y recuperación de óvulos de manera segura.

¿Existen requisitos legales específicos para compartir óvulos en México?

En México, el marco legal para la donación y compartición de óvulos se encuentra en desarrollo, con variaciones significativas entre estados. A diferencia de países con legislación específica sobre reproducción asistida, México opera principalmente bajo lineamientos generales y normas institucionales, lo que crea un panorama legal complejo para pacientes y profesionales médicos.

La Ley General de Salud establece principios básicos aplicables a todos los procedimientos médicos, incluyendo el consentimiento informado y la confidencialidad médica. Sin embargo, no aborda específicamente la donación o compartición de óvulos. En ausencia de regulación federal específica, las clínicas de fertilidad siguen las recomendaciones de organizaciones internacionales como la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva y la Red Latinoamericana de Reproducción Asistida.

Un requisito legal universal es la firma de contratos de consentimiento informado detallados que especifiquen los derechos y responsabilidades de donantes y receptoras. Estos documentos tienen carácter legal vinculante y deben abordar aspectos como la renuncia a derechos parentales sobre los óvulos donados, confidencialidad, disposición de óvulos o embriones sobrantes y otros aspectos éticos relevantes.

La donación debe ser voluntaria y altruista según las normativas nacionales, aunque está permitida la compensación por molestias, gastos y tiempo invertido. A diferencia de otros países, México no establece límites específicos para esta compensación, lo que ha generado debates éticos sobre la línea entre compensación razonable e incentivos indebidos.

En cuanto al anonimato, la legislación actual en la mayoría de los estados mexicanos permite tanto la donación anónima como la no anónima, dependiendo del acuerdo entre las partes involucradas. Sin embargo, la tendencia internacional hacia el reconocimiento del derecho de los nacidos por donación a conocer sus orígenes genéticos podría influir en futuras regulaciones.

Las clínicas de fertilidad deben mantener registros detallados de donantes y receptoras por un mínimo de 30 años, según recomendaciones internacionales adoptadas por asociaciones médicas mexicanas. Estos registros son cruciales para la trazabilidad genética y la prevención de consanguinidad inadvertida en futuros emparejamientos.

¿Qué consideraciones éticas y psicológicas deben tenerse en cuenta?

Las consideraciones éticas y psicológicas en los programas de compartir óvulos son multifacéticas y requieren atención cuidadosa por parte de todos los involucrados. La autonomía reproductiva y el consentimiento verdaderamente informado son pilares fundamentales. Las donantes deben recibir información completa sobre riesgos, beneficios y alternativas, asegurando que su decisión no esté motivada exclusivamente por la necesidad económica o presiones externas.

La evaluación psicológica pre-donación es esencial para identificar vulnerabilidades emocionales, expectativas irreales o motivaciones problemáticas. Esta evaluación debe ser realizada por profesionales de salud mental especializados en medicina reproductiva, quienes pueden ayudar a las potenciales donantes a anticipar y procesar las complejidades emocionales que puedan surgir durante y después del proceso.

El impacto a largo plazo en la donante merece especial consideración. Aunque los estudios muestran que la mayoría de las donantes no experimentan arrepentimiento, algunas pueden desarrollar sentimientos complejos años después, especialmente si sus propios tratamientos no resultan exitosos. El asesoramiento debe abordar explícitamente estos escenarios y ofrecer recursos de apoyo disponibles a largo plazo.

Para las receptoras, las consideraciones éticas incluyen la aceptación de la contribución genética de otra mujer, las implicaciones para la identidad del futuro hijo y decisiones sobre revelar o no los orígenes genéticos. El consejo psicológico previo al tratamiento es fundamental para explorar estos aspectos y preparar a las receptoras para los desafíos potenciales.

La cuestión del anonimato versus la identificación de donantes genera debates éticos significativos. Mientras que tradicionalmente se ha favorecido el anonimato, existe una tendencia creciente hacia reconocer el derecho de los nacidos por donación a conocer sus orígenes genéticos. Algunas clínicas ofrecen programas de "identidad abierta" donde la información identificativa estará disponible para el hijo cuando alcance la mayoría de edad.

El bienestar del futuro hijo debe ser central en todas las consideraciones éticas. Esto incluye la prevención de enfermedades hereditarias mediante adecuado cribado genético, la consideración de su derecho a la información sobre sus orígenes, y la preparación de los padres receptores para abordar cuestiones de identidad y genética de manera saludable y constructiva.

¿Cuál es la diferencia entre donar óvulos y compartir óvulos?

La principal diferencia entre donar óvulos y compartir óvulos radica en la motivación inicial y el perfil de la donante. En la donación tradicional, las donantes son mujeres que no necesitan tratamientos de fertilidad para sí mismas y ofrecen sus óvulos altruistamente (aunque generalmente reciben compensación económica). En contraste, en los programas de compartición, las donantes son también pacientes de fertilidad que necesitan tratamientos de FIV para lograr su propio embarazo.

La estructura económica representa otra diferencia fundamental. En la donación tradicional, las donantes reciben una compensación fija por las molestias, tiempo y desplazamientos. En cambio, en los programas de compartición, la donante recibe un descuento significativo en su propio tratamiento de fertilidad, lo que hace estos tratamientos más accesibles para mujeres con recursos económicos limitados.

El proceso médico también difiere en algunos aspectos. Las donantes tradicionales suelen pasar por un proceso de estimulación ovárica más estandarizado, mientras que en la compartición, el protocolo debe optimizarse tanto para la donante-paciente como para garantizar óvulos de calidad para la receptora. Esto puede implicar consideraciones adicionales sobre la causa específica de infertilidad de la donante.

En términos de óvulos obtenidos, en la donación tradicional todos los óvulos recuperados se destinan a la receptora (o al banco de óvulos). En contraste, en la compartición se dividen entre la donante y la receptora, generalmente de manera equitativa o según acuerdos preestablecidos. Esto significa que cada parte recibe menos óvulos que en los modelos tradicionales.

Las implicaciones psicológicas también varían. Las donantes compartidas tienen una conexión personal con la infertilidad, lo que puede generar una comprensión más profunda del impacto de su donación. Sin embargo, también puede crear complejidades emocionales adicionales si, por ejemplo, el tratamiento de la receptora tiene éxito mientras que el de la donante fracasa.

Desde una perspectiva logística, la donación de óvulos tradicional requiere sincronización entre los ciclos de la donante y la receptora, mientras que en la compartición, ambos tratamientos ocurren simultáneamente. Esto simplifica la logística pero reduce la flexibilidad en la programación del tratamiento.

Compartir óvulos > Elegibilidad

¿Quiénes pueden ser receptoras de óvulos compartidos?

Las receptoras potenciales de óvulos compartidos incluyen diversos perfiles de personas que enfrentan dificultades para concebir utilizando sus propios óvulos. Las mujeres con insuficiencia ovárica prematura, que experimentan una disminución acelerada de la función ovárica antes de los 40 años, constituyen un grupo significativo. Esta condición afecta aproximadamente al 1% de las mujeres y puede manifestarse con ciclos menstruales irregulares o ausentes y síntomas menopáusicos tempranos.

Las mujeres con edad reproductiva avanzada representan otro grupo importante. A partir de los 35 años, la calidad ovocitaria disminuye progresivamente, afectando las probabilidades de concepción natural y mediante técnicas de reproducción asistida con óvulos propios. Después de los 42-43 años, las tasas de éxito con óvulos propios son extremadamente bajas, haciendo que los óvulos donados sean una alternativa con mayor probabilidad de éxito.

Las pacientes con fallos repetidos de FIV utilizando sus propios óvulos pueden beneficiarse de este programa. Después de múltiples intentos fallidos (generalmente 3 o más) con óvulos propios de buena calidad aparente, los problemas intrínsecos de los óvulos que no son detectables mediante evaluación morfológica pueden ser la causa del fracaso, haciendo que los óvulos donados ofrezcan mejores perspectivas.

Las portadoras de enfermedades genéticas graves transmisibles constituyen otro grupo elegible. Cuando existe riesgo de transmitir condiciones genéticas severas a la descendencia, los óvulos donados pueden ser la opción más segura, especialmente cuando las técnicas de diagnóstico genético preimplantacional no son aplicables o tienen limitaciones específicas para la condición en cuestión.

Las mujeres que han sido sometidas a tratamientos gonadotóxicos, como quimioterapia o radioterapia para cáncer, que han causado daño ovárico significativo o completo, pueden considerar los óvulos compartidos como una opción para lograr un embarazo. La preservación de la fertilidad previa a estos tratamientos no siempre es posible o exitosa.

Las parejas del mismo sexo femeninas que desean tener hijos biológicamente relacionados con al menos una de ellas también son candidatas para estos programas. Un enfoque común es la FIV recíproca o co-maternidad, donde una mujer proporciona los óvulos y la otra lleva el embarazo, creando una experiencia compartida de maternidad biológica.

¿Qué opciones existen para personas solteras o parejas LGBTQ+?

Los programas de compartir óvulos ofrecen múltiples opciones para personas solteras y parejas LGBTQ+ que desean formar familias. Estas alternativas han ampliado significativamente las posibilidades reproductivas para diversos modelos familiares, adaptándose a necesidades específicas.

Para mujeres solteras, el programa ofrece acceso a óvulos donados que pueden ser fecundados con esperma de donante anónimo o conocido. Esta opción es especialmente valiosa para mujeres solteras de edad avanzada o con problemas de reserva ovárica. Los programas de maternidad en solitario están cada vez más estructurados, con asesoramiento específico sobre los aspectos psicológicos, legales y sociales de criar hijos sin pareja.

Las parejas de mujeres pueden acceder a varias opciones. Una de las más populares es la recepción de óvulos compartidos que son fecundados con esperma de donante para una de las mujeres, quien llevará el embarazo. Alternativamente, en la FIV recíproca, una mujer puede proporcionar sus óvulos (siendo ella misma receptora de óvulos compartidos si tiene problemas de fertilidad) mientras su pareja lleva el embarazo, creando un vínculo biológico compartido con el futuro hijo.

Para parejas de hombres, aunque no pueden beneficiarse directamente del programa de compartición de óvulos, este puede formar parte de un proceso más amplio que incluye óvulos compartidos y gestación subrogada. En este escenario, los óvulos compartidos son fecundados con esperma de uno o ambos miembros de la pareja y los embriones resultantes son transferidos a una gestante subrogada.

Las personas transgénero también pueden beneficiarse de estos programas. Por ejemplo, una mujer transgénero en pareja con una mujer cisgénero podría utilizar óvulos compartidos si su pareja tiene problemas de fertilidad. Los programas de fertilidad transgénero están desarrollándose para abordar las necesidades específicas de esta población, incluyendo consideraciones hormonales y psicosociales particulares.

Las personas no binarias tienen acceso a estas opciones según su situación reproductiva específica y configuración familiar. Las clínicas de fertilidad progresivamente desarrollan protocolos inclusivos para personas trans y no binarias, reconociendo la diversidad de identidades de género y estructuras familiares.

Es importante señalar que todas estas opciones deben acompañarse de asesoramiento legal específico, ya que las leyes sobre filiación y derechos parentales varían significativamente según la región y pueden no estar completamente actualizadas para contemplar todas las configuraciones familiares posibles.

¿Cuáles son las contraindicaciones para participar en el programa?

Existen diversas contraindicaciones médicas, psicológicas y circunstanciales que pueden impedir la participación en programas de compartir óvulos. Estas restricciones están diseñadas para proteger la salud de las donantes, optimizar los resultados para las receptoras y garantizar procesos éticamente sólidos.

Para potenciales donantes, las contraindicaciones médicas absolutas incluyen enfermedades genéticas hereditarias como fibrosis quística, hemofilia, enfermedades cromosómicas o trastornos autosómicos dominantes. Historial personal o familiar fuerte de cáncer de mama, ovario o endometrio en edad temprana también puede descalificar a una candidata. Enfermedades infecciosas activas como VIH, hepatitis B o C, o infecciones de transmisión sexual no tratadas representan contraindicaciones absolutas según las directrices internacionales.

La edad superior a 35 años es una contraindicación relativa para donar, ya que la calidad ovocitaria disminuye significativamente después de esta edad, afectando las tasas de éxito. La reserva ovárica inadecuada, evidenciada por bajos niveles de hormona antimülleriana (AMH < 1.0 ng/ml) o bajo conteo de folículos antrales (< 8-10 folículos totales), también contraindica la participación como donante compartida.

Condiciones ginecológicas como endometriosis severa, síndrome de ovario poliquístico no controlado o hidrosálpinx pueden afectar la calidad ovocitaria o la respuesta a la estimulación, limitando la idoneidad. Trastornos endocrinos como hipotiroidismo no controlado, hiperprolactinemia o diabetes descompensada representan contraindicaciones relativas que deben evaluarse individualmente.

Las contraindicaciones psicológicas incluyen trastornos psiquiátricos activos como depresión mayor, trastorno bipolar no estabilizado, psicosis o trastornos de personalidad severos. El consumo activo de drogas o alcohol y la incapacidad para comprender plenamente el procedimiento y sus implicaciones también descalifican a las candidatas.

Para receptoras, las contraindicaciones médicas absolutas incluyen condiciones que harían el embarazo peligroso, como cardiopatías severas, hipertensión pulmonar, insuficiencia renal o hepática avanzada. Cáncer activo o reciente que requiere tratamiento incompatible con el embarazo también contraindica la recepción de óvulos.

Contraindicaciones circunstanciales incluyen relaciones coercitivas o presión externa para donar/recibir óvulos, incapacidad para proporcionar consentimiento informado válido, o motivación exclusivamente económica sin consideración de las implicaciones biosociales de la donación compartida.

Compartir óvulos > Legal

¿Qué documentos legales se requieren en el proceso de compartir óvulos?

El proceso de compartir óvulos requiere una documentación legal exhaustiva para proteger los derechos de todos los involucrados y establecer claramente las responsabilidades y expectativas. Estos documentos varían según la jurisdicción mexicana específica, pero generalmente incluyen varios elementos fundamentales.

El consentimiento informado es el documento principal y debe ser detallado, transparente y completo. Debe explicar el procedimiento médico, riesgos asociados, tasas de éxito esperadas, alternativas disponibles y todas las implicaciones legales y psicosociales para donantes y receptoras. Las regulaciones mexicanas exigen que este documento sea firmado después de un periodo de reflexión obligatorio y preferiblemente tras asesoramiento por parte de profesionales independientes.

El acuerdo de donación compartida debe especificar claramente la división de óvulos, generalmente estableciendo un número mínimo de óvulos recuperados para proceder con la compartición y la fórmula exacta para su distribución. También debe abordar contingencias como ciclos cancelados, baja respuesta a la estimulación o complicaciones médicas.

La renuncia a derechos parentales por parte de la donante es esencial y debe establecer inequívocamente que la donante no tendrá derechos ni responsabilidades legales, financieras o parentales sobre cualquier niño nacido como resultado de la donación. Este documento debe cumplir con los requisitos legales específicos de la jurisdicción para ser vinculante.

El contrato de confidencialidad y anonimato (cuando aplicable) establece los términos sobre el intercambio de información entre donantes y receptoras. Debe especificar qué información puede compartirse, si existe posibilidad de contacto futuro y las consecuencias de violar estas disposiciones. En México, aunque el anonimato ha sido tradicional, existe una tendencia creciente hacia programas de identidad abierta.

Los acuerdos sobre disposición de óvulos/embriones sobrantes deben abordar escenarios como la criopreservación, donación a otras parejas, donación a investigación o descarte. Estos acuerdos deben ser explícitos sobre quién tiene autoridad decisional sobre los embriones creados y bajo qué circunstancias.

Documentación adicional incluye formularios de seguro médico específicos para donantes, ya que pueden necesitar cobertura para complicaciones relacionadas con el procedimiento, y acuerdos financieros detallando el descuento aplicado al tratamiento de la donante y cualquier compensación adicional permisible según la legislación aplicable.

Es fundamental que todos estos documentos sean revisados por asesores legales especializados en derecho reproductivo, ya que las leyes en este campo evolucionan rápidamente y varían significativamente entre diferentes estados mexicanos.

¿Cómo se maneja la confidencialidad y el anonimato en estos programas?

La gestión de la confidencialidad y el anonimato en los programas de compartir óvulos en México sigue protocolos estrictos diseñados para proteger la privacidad de todas las partes involucradas, aunque con variaciones según las políticas de cada clínica y las preferencias de los participantes.

En el modelo tradicional de anonimato completo, las identidades de donantes y receptoras se mantienen estrictamente confidenciales entre sí. Las donantes reciben un código identificativo y la información no identificativa compartida con las receptoras se limita a características físicas básicas, grupo sanguíneo, antecedentes médicos relevantes y algunos datos demográficos generales. Este enfoque ha sido predominante históricamente en México y continúa siendo común en muchas clínicas.

Los sistemas de doble ciego son empleados para preservar el anonimato. En estos sistemas, el personal médico actúa como intermediario, y todos los registros que contienen información identificativa se almacenan de forma segura con acceso restringido. La legislación mexicana requiere que estos registros se conserven durante al menos 30 años para posibles necesidades médicas futuras.

El manejo de datos sensibles cumple con la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares, que establece normas estrictas sobre la recopilación, uso y almacenamiento de información personal. Las clínicas implementan sistemas de seguridad informática robustos, políticas de acceso limitado y capacitación especializada del personal para proteger esta información.

Existe una tendencia emergente hacia programas de "identidad abierta" o "anonimato con opción de contacto futuro", donde la donante acepta que su identidad pueda ser revelada al hijo concebido cuando éste alcance la mayoría de edad. Esta modalidad responde a evidencia creciente sobre la importancia del conocimiento de los orígenes genéticos para el bienestar psicológico de las personas concebidas mediante donación.

En casos excepcionales, se ofrecen programas de donación compartida no anónima, donde donantes y receptoras se conocen e incluso pueden mantener algún tipo de relación. Estos arreglos son menos comunes y requieren asesoramiento psicológico extensivo y acuerdos legales especialmente detallados sobre límites, expectativas y comunicación.

Las clínicas implementan políticas estrictas para prevenir encuentros casuales entre donantes y receptoras, como programar citas en diferentes días o en diferentes instalaciones cuando es posible. El personal recibe capacitación específica sobre confidencialidad y manejo discreto de información durante todas las etapas del tratamiento.

Es importante señalar que, aunque el sistema garantiza la confidencialidad, los avances en pruebas genéticas comerciales y bases de datos genealógicas están haciendo cada vez más difícil garantizar el anonimato absoluto a largo plazo, un factor que los profesionales deben discutir con todos los participantes durante el proceso de consentimiento informado.

AVIDA FERTILITY
Fertility Webinars
No items found.
No items found.
No items found.
SUCCESS STORIES
Our Patients
Questions,
We answer
Who can share their eggs?

Healthy women between 18 and 35 years old who have a good ovarian reserve and have no history of genetic diseases.

How does sharing eggs affect my fertility?

The procedure doesn't affect your future fertility. Only eggs are extracted that would otherwise be lost in a natural cycle.

How long does the egg sharing process take?

From initial consultation to recovery, the process usually takes 4 to 6 weeks.

Will I receive compensation for sharing my eggs?

Yes, at Avida Fertility we offer financial compensation and the ability to keep your eggs free of charge for future use.

Is the egg retrieval procedure safe?

Yes, egg retrieval is a safe procedure, performed by highly trained specialists and with minimal recovery.

Can I choose how many eggs to share and how many to preserve?

Yes, our specialists will help you decide the best option for your reproductive goals.

Can I share my eggs if I have a partner?

Yes, the process can be done with the support of your partner, who can also receive counseling during treatment.

Contact

Talk to a Consultant

Leave us
A Message
Thank you!
Your submission has been received!
Oops! Something went wrong while submitting the form.